jueves, 13 de septiembre de 2007

Jose Miguel Soto Jimenez

Orlando dice...
Por ORLANDO GIL

José Miguel Soto Jiménez
LA PUERTA.- José Miguel Soto Jiménez debe felicitarse pues entró a la política por la puerta grande, compartiendo y rivalizando con figuras de primer orden. Él dice que sigue en la Fundación Quinta República, e Hipólito Mejía lo acusó de traición y de venderse, pero ni una cosa ni la otra.
El forma parte ahora de un debate que será decisivo en las elecciones del 2008, que si se atiende a este último capítulo parece que no será entre Leonel Fernández y Miguel Vargas Maldonado, sino entre el actual presidente y su antecesor. Mientras Soto Jiménez anduvo compareciendo en los escenarios de la izquierda, o codeándose con personalidades de segunda categoría, o publicando libros, su trascendencia política era limitada. Desde que se asoció al jefe del Estado, deja de ser espectador para ser protagonista. En política a veces las cosas se entienden por la reacción de los contrarios. Si el paso que acaba de dar Soto Jiménez no fuera importante, el ex presidente Mejía no lo hubiera enfrentado, pues otros ex funcionarios de su gobierno juraron lealtad al presidente Fernández y él no dijo esta boca es mía, aun cuando su partido, el PRD, condenó el hecho. ¿Por qué a Mejía no le importan que sonsaquen o se vayan los civiles, y sí los militares? Ya está confirmado lo que durante días fue un rumor, de que hubo aprestos para reintegrar unos cuantos ex militares y que Mejía se ocupó de llamarlos uno a uno y hacerlos desistir…
EL GRUPO.- Todo el mundo sabe que los militares en retiro dan la vida por ponerse de nuevo el uniforme, y el grupo en cuestión no puede ser considerado la excepción. ¿Qué ascendiente tiene el ex presidente Mejía sobre estos ex oficiales que los convenció de que dieran marcha atrás, puesto que si la diligencia se hizo, fue porque consintieron? Debe suponerse igualmente que si el intermediario fue Soto Jiménez, no llevó a cabo esa tarea por amor al arte, como un favor a ex compañeros de armas, o por simple amiguismo. Tuvo que hacerlo porque los entendía suyos, ya que durante cuatro años fue su comandante más inmediato, con quienes de seguro despachaba a diario. El ex presidente Mejía entonces era su comandante en jefe, pero no compartía con ellos los rigores del cuartel. Nada más hay que observar la forma displicente con que Soto Jiménez se hrefiere a Jorge Radhamés Zorrilla Ozuna, a quien no le concede el derecho de discutir de igual a igual, calificándolo de “ subalterno”. ¿Podría pensarse que en este affaire hay una disputa entre el ex presidente Mejía y Soto Jiménez por dirigir a estos ex miembros de las Fuerzas Armadas ahora que están en la calle e intentan participar en política? ¿Habrá visto el presidente Fernández este aspecto cuando aceptó este acercamiento con el ex secretario de las FFAA?...
DE PEÑA GÓMEZ.- Este aspecto es sutil, pero interesante, pues los grupos existen en los cuerpos armados, y no sólo atendiendo a promociones, sino a fervores y adhesiones políticas. Decíase que Hipólito Mejía no tenía militares a su favor, y que los oficiales que ocuparon las más altas posiciones en su gobierno, eran hombres de armas que fueron leales a José Francisco Peña Gómez en los últimos procesos electorales. Eran el dispositivo de seguridad que preservaría su triunfo, si se intentaban los consabidos fraudes de tiempo de Balaguer. ¿Constituyen “Los Guardias de Peña Gómez” un reducto políticamente importante para atraerlos al gobierno, al PLD o a la reelección? José Miguel Soto Jiménez era uno de “Los Guardias de Peña Gómez”, y de las cosas que se contaron, y se siguen contando, fue que el fenecido líder del PRD, después de aceptada su derrota en el l996, le pidió al candidato electo Leonel Fernández que lo protegiera sacándolo del país. Hubo entonces promesa que se convirtió en compromiso: Soto Jiménez fue enviado a Washington. El ex presidente Mejía heredó “Los Guardias de Peña Gómez”, y parece que quiere conservarlos. Soto Jiménez hasta ahora se ha desenvuelto en el plano de los civiles, y en la Quinta República hay más intelectuales que ex militares. ¿Estaría en ánimo de liderar el grupo y hacerlo cambiar de horizonte político?...
El autor es periodista. (Columna reproducida del LISTIN) orlandogil@codetel.net.do